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La importancia de la formación en ciberseguridad para el personal de tu empresa.

May 20, 2024 | Consejos, Problemas informáticos, Seguridad

La mayoría de situaciones que afectan a la continuidad del negocio se deben de alguna forma u otra a ataques en la ciberseguridad empresarial. La concienciación del personal en esta materia es clave para evitar los incidentes de ciberseguridad que afectan a las empresas.
Hombre de negocios enfurecido debido al mal funcionamiento de su ordenador sin motivo aparente.

¿Sabías que el 90% de las brechas de seguridad en las empresas se deben a errores humanos y que además los ciberataques aumentaron en un 94% con respecto al año 2022. ? Estos datos aparecen reflejados el Informe Anual de Seguridad realizado por el Gobierno en 2023. Y es que en un mundo cada vez más digitalizado, la formación en ciberseguridad se ha convertido en una prioridad para las organizaciones. Desde pequeñas empresas hasta grandes corporaciones, todas están en riesgo de sufrir ataques cibernéticos que pueden tener consecuencias altamente devastadoras.

Imagina estar en una reunión de negocios cuando, de repente, aparece un mensaje en la pantalla: “Tus archivos han sido secuestrados. Paga el rescate o los perderás para siempre”. Esto le sucedió a un CEO de una empresa de logística. El coste promedio de una violación de datos para una empresa es de $3.86 millones de dólares. Las amenazas cibernéticas, como el phishing y el malware, están en aumento, y el factor humano sigue siendo una debilidad significativa en la seguridad empresarial.

En este artículo, exploraremos por qué la formación en ciberseguridad es esencial para proteger a las empresas y cómo construir una cultura de conciencia de seguridad en toda la organización. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo puedes proteger tus activos digitales y mantener a salvo a tu empresa!

En el vertiginoso mundo digital de hoy, las amenazas cibernéticas siempre están en constante evolución. Las empresas se enfrentan a una serie de desafíos para proteger sus activos digitales y garantizar la continuidad de sus operaciones. Dos de las amenazas más prominentes son el phishing y el malware.

El phishing es una táctica utilizada por ciberdelincuentes para engañar a los usuarios y obtener información confidencial, como contraseñas o datos bancarios. Los correos electrónicos de phishing suelen parecer legítimos, pero contienen enlaces maliciosos o solicitan información personal. Los empleados de una empresa pueden ser blanco de estos ataques, especialmente si no están capacitados para reconocer las señales de advertencia.

Un ejemplo común de phishing es recibir un correo electrónico que aparenta ser de una institución financiera conocida. El mensaje insta al destinatario a hacer clic en un enlace para “verificar su cuenta” o “actualizar su información”. Sin embargo, el enlace lleva a una página falsa donde se recopilan los datos del usuario.

El malware (software malicioso) es otro peligro omnipresente. Puede infiltrarse en sistemas informáticos sin el conocimiento del usuario y causar daños significativos. Los tipos comunes de malware incluyen virus, troyanos, ransomware y spyware.

  • Virus: Se propaga al adjuntarse a archivos legítimos y se activa cuando el archivo se ejecuta. Puede dañar archivos y programas.
  • Troyanos: Se disfrazan como software legítimo pero contienen código malicioso. Los troyanos pueden robar información o proporcionar acceso no autorizado al sistema.
  • Ransomware: Bloquea el acceso a archivos o sistemas y exige un rescate para desbloquearlos. Es una amenaza grave para las empresas.
  • Spyware: Monitorea la actividad del usuario sin su conocimiento. Puede robar datos personales o comerciales.

Los ciberdelincuentes han evolucionado en su enfoque. Anteriormente, se centraban en vulnerabilidades técnicas, como brechas en el software o sistemas operativos. Ahora, han cambiado su atención hacia el factor humano. Los empleados son siempre el eslabón más débil en la cadena de seguridad. Los atacantes utilizan tácticas de ingeniería social para manipular a las personas y obtener acceso a sistemas críticos.

La sofisticación de los ataques dirigidos a humanos ha aumentado significativamente. Los ciberdelincuentes estudian perfiles de redes sociales, crean correos electrónicos personalizados y utilizan información específica para engañar a los empleados. La formación en ciberseguridad es esencial para empoderar al personal y ayudarles a reconocer estas tácticas evitando así males mayores para la empresa.

Como ya se ha comentado, las amenazas cibernéticas están en constante evolución. Las empresas se enfrentan a una serie de desafíos para proteger sus activos digitales garantizando la continuidad de sus operaciones.

La formación en clave de seguridad es un componente esencial para defender a las empresas de los ataques de ingeniería social. Cada vez es mas frecuente que, los ciberdelincuentes se dirigen a los empleados como punto de entrada para infiltrarse en las redes corporativas. La formación en conciencia de seguridad busca educar al personal sobre las amenazas cibernéticas y cómo reconocerlas.

Cuando los empleados están informados sobre las tácticas utilizadas por los atacantes, son menos propensos a caer en trampas como el phishing o la descarga de malware. La formación les proporciona las herramientas necesarias para identificar señales de advertencia y tomar medidas preventivas.

También cabe destacar que los ataques cibernéticos pueden ser costosos para las empresas. Desde la recuperación de datos hasta la reparación de sistemas dañados, los gastos pueden acumularse rápidamente. La capacitación en conciencia de seguridad ayuda a reducir estos costos al evitar que los empleados cometan errores que podrían dar lugar a brechas de seguridad.

Por último lograr tener al personal formado en materia de seguridad incrementa el valor de la imagen de la empresa porque, la seguridad cibernética no solo afecta a la empresa internamente, sino también a su imagen pública. Las violaciones de seguridad pueden dañar la confianza de los clientes y afectar la percepción de la marca.

La formación en ciberseguridad no se trata solo de impartir conocimientos técnicos; también se trata de construir una cultura de conciencia de seguridad en toda la organización. Aquí exploraremos cómo lograrlo:

En el pasado, la formación en ciberseguridad solía ser un evento anual o semestral. Los empleados se sentaban en una sala de conferencias y escuchaban una larga presentación de diapositivas. A menudo, esta formación era genérica y no se adaptaba a las necesidades específicas de la empresa.

Los problemas con este enfoque incluyen la falta de interacción sumado a que al ser en una sola sesión se suele olvidar con suma facilidad todo aquello que se ha comentado

El enfoque moderno para la formación en ciberseguridad se centra en dividir el material en módulos concretos potenciando el recuerdo práctico y la participación interactiva de los empleados

La formación en ciberseguridad no es solo responsabilidad del departamento de informático. Todos los empleados deben estar involucrados a través de una clara comunicación y un programa de incentivos/recompensas.

La ciberseguridad no es exclusivamente responsabilidad del departamento de tecnología de la información (TI). Es un asunto que afecta a todos los miembros de la organización. Cada empleado debe comprender que su comportamiento en línea y sus acciones pueden tener un impacto significativo en la seguridad general de la empresa. Desde el CEO hasta el becario, todos deben estar comprometidos con las mejores prácticas de seguridad cibernética.

Incorporar la seguridad en los valores fundamentales de la organización es esencial. Cuando la seguridad se convierte en parte integral de la cultura corporativa, los empleados deben de considerarla como una prioridad. Esto implica no solo hablar de seguridad, sino también demostrarlo a través de acciones concretas. Los líderes deben comunicar constantemente la importancia de la seguridad y alentar a los empleados a adoptarla como un valor central.

El liderazgo de la alta dirección es crucial para promover la seguridad. Los directivos deben ser ejemplos a seguir en términos de prácticas seguras. Además, deben asignar recursos adecuados para la formación en ciberseguridad y establecer políticas claras. Cuando los líderes se involucran activamente, los empleados tienden a seguir su ejemplo y se sienten más motivados para cumplir con las medidas de seguridad.

Incentivar el cumplimiento de las prácticas seguras es fundamental. Las recompensas pueden variar desde reconocimientos públicos hasta incentivos tangibles. Por ejemplo, se pueden otorgar bonificaciones a aquellos empleados que demuestren un alto nivel de concienciación y adhesión a las políticas de seguridad. Estas recompensas no solo fomentan el comportamiento seguro, sino que también crean un ambiente positivo en torno a la seguridad.

A modo de conclusión, integrar la seguridad en la cultura empresarial requiere un enfoque holístico que involucre a todos los niveles de la organización. Cuando la seguridad se convierte en un valor compartido, la empresa está mejor preparada para enfrentar las amenazas cibernéticas y proteger su información sensible.

Desde InCoPYME nos preocupamos de que los sistemas informáticos de tu empresa estén en perfecto estado, tus empleados sean más productivos y mejore la rentabilidad de tu empresa.

Formación en ciberseguridad

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